Apocalipsis 1865: Capítulo 1

Recuerdo aquella batalla como si hubiera sido ayer. Aunque hayan pasado varios años desde Five Fork lo recuerdo todo.
Al principio no eran una gran amenza, pero con el paso del tiempo han aniquilado a la raza humana, hasta el punto de que quedan pocas personas.
Al menos nuestro ejército había evacuado a varios supervivientes antes de que todo se fuera al traste, no sé si mi familia fue con ellos, pero ya no importa lo que sucedió años atrás. Lo que más me interesa es que sigan vivos y no muertos.

El primer hombre que fue mordido por un No Muerto era John Bale, soldado del ejército de La Unión y al igual que la humanidad, no vio venir el peligro que le acechaba, hasta que ya era demasiado tarde.
No tuvo tiempo ni para pedir ayuda, ni gritar, y de repente uno le mordió por detrás, su sangre se esparció por los alrededores, y se convirtió en uno de ellos.
Nadie sabía que había pasado en aquella batalla, sólo lo sabía yo, pero, aún, años después de la batalla, me sigo preguntando que hay detrás de este virus que parece haber aniquilado a la humanidad.

Todo empezó hace tres años, en la Batalla de Five Forks, yo estaba allí y vi como sucedía. Primero los soldados morían y al cabo de un rato resucitaban y atacaban a sus compañeros o al ejército contrario.
No sienten el dolor, no tienen miedo, nunca paran y es la razón por lo que el mundo entero se está desmoronando.
Mi único objetivo es encontrar a mi hijo y a mi mujer, pero creo que ya será imposible, ya que sobrevivir tres años a este infierno es indescriptible, cada vez hay menos comida y es muy difícil conseguir las cosas necesarias para sobrevivir.
Cada día hay más de ellos y parece que van a aporedarse del planeta (si no lo han hecho ya).
Mañana saldré en su búsqueda, y intentaré encontrarlos, cabalgaré con mi caballo, Tornado, hacia el campo y llevaré mi búsqueda lo más lejos posible. Esta será la última vez que lo haga y espero localizarlos.
Cojo mi fúsil comblain, aquella arma que me había salvado la vida en muchas ocasiones y que ahora, más que nunca me tendría que servir para matar No Muertos.
Me preparo para la última búsqueda: dos pistolas, un fusil, una navaja y toda la munición de la que dispongo.
Espero al amanecer, mientras fumo mi último cigarro, apoyado en la pared de mi casa, con el fusil a mano y la mochila preparada para irme.